En el día que partí de Madrid, con la intención de llegar muy lejos sin pisar peajes, por la tarde se puso a granizar y me tuve que quedar en la tienda de una gasolinera esperando que por lo memos la carretera fuera rodable porque la lluvia no paró, se me hizo tarde y a eso de las diez y media en Sabiñánigo encontré un hotel con la recepción abierta y después de conversar con el recepcionista y los dueños me dejaron quedarme a un precio francamente bueno respecto al original, dada mi situación y circunstancias.
Al día siguiente amanecí con algo de sol pero fue cruzar el frio túnel que comunica Canfranc con Francia y empezó a llover de nuevo. En Francia hay mucho de todo, muchos pueblos, muchos coches, mucha gente y las carreteras que no son autopistas son de lo más tedioso que me he encontrado, en el mismo poste donde está el cartel del fin de un pueblo está el cartel del inicio del siguiente, el límite de las carreteras es de 90 pero es una velocidad que rara vez se alcanza, antes de llegar a un pueblo marca 70kmph en el pueblo 50 pero en el centro es siempre a 30, con lo que al final la velocidad media es de unos 40kmph por eso en mi segundo día de viaje solo puede hacer 200km en 6,5h, a esto de los límites hay que añadir que son carreteras de doble sentido con un carril para cada uno y sin arcén, es muy probable encontrar tractores, coches sin carnet, bicicletas, personas o furgonetas destartaladas con lo que las hileras de vehículos son interminables, ni con la moto sin carga podría haber ido algo más rápido porque esto es en las dos direcciones así que decidi quedarme en algún hotelucho de alguna aldea de estas que cruzaba pero toda la zona estaba de fiesta y estaba todo completo así que pregunté por un camping y pude quedarme en el que hay en las afueras de Saint-Server, estaba atrapado en una zona de aldeas y carreteras lentísimas y lloviendo pero bueno la chica que atendía el camping andaba por allí y me atendí en español, algo que hay que tener en cuenta en Francia es que los camping cierran a las 19:00h como un reloj, eso si no está cerrado siempre y en la barrera te ponen un cartel con un número de teléfono para que llames cuando llegas, que me ha pasado bastantes veces.
En mi tercer día de viaje tuve que cambiar mi romántica idea de ir sin peajes, estaba tan cansado y tan asqueado de conducir así y lloviendo cociéndome en mi propio traje bajo el chubasquero, que lo que me apetecía era volver a España, pero mi testarudez me hacía seguir como un borrego con lo que tuve que tomar la decisión de atravesar Francia por autopistas, era la única opción pero tomada tardíamente porque tuve que salir a Burdeos para cruzar Francia de suroeste a noreste, no es el camino más rápido pero quería pasar por Luxemburgo, otra mala idea, pero era mi plan original…
Casi 500 km y una jornada después, paré en un camping de Tours y aprovechando que la lluvia me dio cuartelillo monté la tienda la más rápido que pude sin desvestirme ni perder tiempo en nada, porque el cielo era gris, un tono que me ha acompañado y me acompañará… Estaba tan cansado que no necesité ni tapones para los oídos a pesar de la chavalería que jugaba por allí. Como anécdota contaré que no pude elegir mejor sitio para poner mi tienda, al lado de una caravana con un matrimonio de ancianos tan majos que me ofrecieron su tendedero cubierto de la caravana para secar mi ropa y si necesitaba cargar cualquier cosa que lo hiciera en su enchufe pero de dentro, que gente tan maja, una pena que no sepa hablar francés pero en la cara si se me tenía que ver la alegría de sus gestos. En mi cuarto día quería salir más pronto que de costumbre y es que madrugue o no siempre salgo tarde pero esta vez ya estaba listo a las 10:00 h con la moto delante de la barrera, no sin antes despedirme del matrimonio con un abrazo a la mujer y un apretón de manos al hombre, espero que vivan muchos años más porque el mundo necesita gente como ellos. En fin, hoy que estaba listo con el chubasquero puesto, obviamente el tiempo no era clemente conmigo pero me daba igual, con lo que no contaba era con que la dueña no estaría en la recepción y que tendría que estar dando vueltas por el camping buscando y preguntando hasta dar con ella casi una hora más, y eso que salí fuera del camping porque la barrera no era suficiente para una moto, pero mi maldita mala conciencia no me dejaba irme sin pagar el camping aunque bien se lo merecían. No había rodado ni mi primer km de este día y ya estaba empapado en mi sudor y con el chubasquero empapado por fuera… y el día gris, parecía que iba a anochecer y solo eran las once. Pude rumbo a Luxemburgo igualmente. Los kilómetros avanzaban y yo no le sacaba partido al peaje en cuestión de velocidad porque el límite en Europa en de 130 en general y yo apenas paso de 100, sí que puedo ir a 140 pero si lo hago prolengadamente acabaré quemando el motor y me tiene que durar, la velocidad de crucero es de 100 aunque yo vaya entre 100 y 120.
La lluvia no cesaba, el agua se me colaba por las muñecas porque mis guantes de invierno no tiene bastante caña para esto aparte de que las manos las llevaba cocidas por dentro y es que en el fondo es verano y aunque llueva, hace calor, los pantalones mojado casi hasta las rodillas porque me colaba un poco de agua por abajo y al ser vaquero hacía de mecha… pero aún no había llegado lo peor, el viento es una constante en general y llevarlo de cara jode mucho, pero pasado Troyes hasta Metz era demasiado, ráfagas fuertísimas de costado a derechas e izquierdas apenas podía rodar por encima de 60 kmph porque notaba como la moto se desplazaba lateralmente hacia fuera de la carretera, es una sensación muy extraña porque tu estas rodando y a pesar de que las ruedas están girando hacia delante se deslizan hacia el lado en la dirección que sopla el viento… podía ser aquaplaning no lo sé pero solo faltaba que granizara o mejor aún que nevara…
Realmente cansado por la etapa más larga del viaje, casi 600 km, y más dura por el clima llegué a Metz pero ya era tarde y no había campings abiertos con lo que encontré en el GPS un Formule 1, una cadena de hoteles de carretera muy popular en Francia por ser de bajo coste y me quedé un par de días a meditar y descansar, aunque es difícil en estos hoteles pero ya contaré porque en otro capítulo. En el sexto día de viaje (el quinto no rodé nada), y aunque no había parado de llover, no me podía quedar allí permanentemente, estaba a 40 km de la frontera con Luxemburgo, me da igual que tuviera el vaquero de moto tan sudado como su hubiera ido a correr con él, quería por lo menos entrar en Alemania y aún más quería poder sacar una foto de algo, lo que fuera en un momento que dejara de llover con lo que me puse en marcha y entré en Luxemburgo y eureka, la lluvia paró aunque los cielos estaban blanquecinos con lo que no me podía quitar del todo el chubasquero y me dejé la parte de abajo. Saqué unas cuantas fotos del centro y en cuanto empezó la lluvia me puse en marcha de nuevo dirección Escandinavia. Soy un motero atípico, me pone de los nervios pasar por los sitios y no hacer fotos, lo de rodar por rodad de punto a punto no va conmigo, así que por lo menos en la subida entraría en alguna ciudad que no visitaba desde hacía dos décadas en un viaje de verano con mis padres por Alemania… que terrible decisión… Casi llegando a Koln (Colonia) las señales de obra desvían el tráfico hacia el interior de la ciudad y bueno como pensaba ver la catedral me daba igual, era mi ruta en el GPS. El tráfico de Koln es muy denso, y más si de las radiales lo desvían al interior, pero bueno llegué a la imponente catedral de Koln, negra y grande. Mientras aparcaba la moto de forma que no se venciera por el peso, un grupo de asiáticos me hacía fotos y se hacían fotos conmigo de fondo, supongo que les llamaba la atención la GoPro en la cabeza, pero mira la alegría del día, le que quitado protagonismo unos minutos a una catedral tan importante como la de Koln jejeje, le hago unas fotos y como veía el percal, eran las seis de la tarde y quería pillar un camping, me puse a buscar uno en el GPS allí mismo y me puse en marcha hacia él, “solo” está a 20 km…
Salir del centro neurálgico de Koln, cargado, lloviendo, y sudando, fue toda una prueba de penitencia pero lo peor era que las carreteras grandes estaban cortadas también de salida, Oh my God, WHY? Bueno calma, tengo 5 min para llegar a un camping que está a 14 km y no puedo usar el GPS porque todas las alternativas están cortadas, esta lluvia no para y el atasco no se mueve… si fuera un sueño tengo claro que ese era el momento en el que te despiertas de un susto y dices: “uff, solo era un sueño” pero bueno, conseguí salir de allí y llegar al camping casi a las ocho de la tarde, dejé la moto frente a la barrera y pregunté a la gente que andaba por allí, aquello era un camping de residente por el aspecto de las caravanas que alguna no se movía desde que Naranjito era la mascota del mundial.
Si en francés apenas me puedo comunicar porque si lo entiendo aunque no lo hable, en alemán me es imposible, parece un idioma inventado, yo creo que no dicen nada, y se entienden por los signos que hacen cuando hablan… pero por suerte un campista que andaba por allí y se acercó a curiosear hablaba un poco de inglés y fue a llamar al dueño, un viejo malhumorado y alemán, o sea, si ya los alemanes no quieren saber nada de nadie, imagina un alemán de mal humor, el tío me hablaba como si le entendiera algo y como no le entendía me hablaba más alto pero balbuceaba lo mismo y el que hablaba inglés era poco; después de diez desesperantes minutos conseguí pagarle, que encima tenía que ser en efectivo pero bueno no fue problema porque vi el importe en la pantalla de su viejo pc. Otro día más montando la tienda lloviendo pero esta vez más fuerte de lo normal, con lo que decidí montar un tenderete con un plástico que llevo para poner debajo de la tienda si el suelo es muy pedregoso y allí mismo fue cuando hablándolo con mi familia y recordando una conversación que tuve con mi mejor amigo el día anterior tomé la decisión de cambiar el rumbo y ponerlo hacia Holanda a casa de mi primo en concreto. En el séptimo día de viaje la lluvia no iba a cesar así que plegué la tienda igualmente, en casa de mi primo la secaría, y puse rumbo a Holanda, unos 200 km de nada que ya me daba igual lo que me callera, ya iba a casa, aunque no fuera la mía era mi familia y se agradece. Cuando llegué allí justo cuando me abrieron la puerta por fin asomó el sol, era la primera vez, en una semana, que lo veía radiante y estático, sin nubes delante, y la lluvia prácticamente no había parado hasta ese mismo momento. Al día siguiente me instalé en casa de mi tío que tenía una cama y a partir de ahí es cuando para mi empieza el viaje, porque hay que tener algo claro, esto se hace para disfrutar, hay días malos pero se pasan y si llevas ya demasiados días malos hay que darle la vuelta como sea, Noruega está ahí, no se moverá y ya he adquirido una experiencia de la peor manera, por la fuerza, pero de la más efectiva porque la recuerdas, además también podré ayudar a otros en un futuro de cómo no hacer las cosas jejeje, en mi caso no estaba preparado para este viaje a nivel global, montar en moto con vaqueros puede verse como una forma “autentica” de viajar, muy de la vieja escuela, pero lloviendo día tras día con el chubasquero puesto no es una prenda nada cómoda y, mi moto, al carecer de cualquier protección aerodinámica se mojan y ensucian rápido, si bien las chaquetas de cordura no están preparadas para la intemperie de no ser por el forro interno, aguantas esas primeras lluvias y lloviznas que el vaquero cala en el primer minuto y está claro que a estas alturas no podía pensar en el que tiempo mejorara, todo lo contrario había que pensar en que podría ser así todo el rato hasta Cabo Norte. Por otra parte, lo mío no son hacer tiradas grandes de un millar de km al día, mi culo no aguanta y las turbulencias en el casco me dejan con un retumbar cuando me lo quito que es como si aún siguiera rodando, 600 km en un día ya es demasiado para mí además no puedo forzar la moto a ir a velocidades muy altas no se diseñó para eso, y, por otra parte, mi tienda de campaña es genial en seco o con uno o dos días de lluvia ya que se monta y desmonta rápido y es grande por dentro pesando y ocupando muy poco cuando está empaquetada, pero es incómodo dormir con toda la ropa mojada dentro del mismo espacio y porque tiene una zona muy pequeña para guardar material fuera del dormitorio. También me mal aconsejaron con lo de llevar la comida desde aquí porque en Noruega está prohibitiva, aunque legalmente iba con menos peso del admitido por mi moto, iba con demasiado, tanto que si apoyaba la moto en plano con una mínima brisa de aire me la vencía de la parte de la carga así que siempre tenía que buscar una pendiente para aparcar y es que 70 Kg de carga para esta moto es demasiado aunque estén en la legalidad con mi peso incluido. Bueno si has llegado hasta aquí, te diré que me queda mucho que contar y que iré poniendo poco a poco sobre mi viaje por centro Europa, no es el viaje que tenía en mente pero es un viaje lleno de experiencias, curiosidades y anécdotas.
1 Comentario
18/7/2019 10:10:09
He recordado en nuestra web tu viaje por Marruecos, porque este otoño hace 5 años y para aprovechar para saludarte, que hace mucho que no se de ti. Un abrazo " der Gaby" je je je
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