No queda otra que ponerme camino a Rabat por aburridas autopista, el camino es largo y seguramente llegaría de noche si vuelvo por secundarias.
No es la primera vez que conduzco de noche por las carreteras marroquíes, que por cierto me habían dicho que se conduce fatal y a lo loco y apenas noto diferencia con la conducción por Madrid en hora punta, eso si el asfalto está tan pulido como el suelo de los aparcamientos de los centros comerciales, derrapa bastante. Ya me voy acostumbrando a que la gente me mire fijamente, porque los marroquíes no se cortan te miran casi sin pestañear, y están atentos a todo lo que hago, merodean alrededor de mí y de mi moto menos los mendigos, es curioso pero los mendigos no me viene a pedir, lo mismo se extrañan al ver a este astronauta de dos ruedas. Por ahora las ciudades que he visitado son “modernas”, atestadas de todo tipo de coches europeos modernos y clásicos, la costa atrae turismo de todo tipo incluso nacional, jardines bien cuidados, mucha policía, gasolineras cada kilómetro, son grandes urbes turísticas, solo los pueblecitos por los que pasé de Tanger a Rabat eran más pobres, pero si circulas por la autopista no sabes ni que existen. Pues bien, como empecé este texto, hoy ha sido un día normal, he dormido bien, he recorrido las calles de Rabat y me he parado a visitar algunos monumentos importantes.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Comparte este viajeRelatos dePoblaciones relevantes
Todos
|