Puede que en coche, avión, moto, con un amigo, amiga o solo pero de seguro que vuelvo a verles, aquí tengo mi hogar en Marruecos porque es como lo he sentido, no como una casa y mucho menos hotel, como un hogar es la definición exacta.
Hoy voy de Tiznit a Tata y la ruta, por no variar, es por lo difícil, podría dar un rodeo por la nacional dirección Guelmin y luego rumbo a Tata, pero prefiero pasar de nuevo por Tafraout y sus carreteras que de repente desaparecen y se convierten en pistas de tierra, arena y piedras. 268 km me separan de mi destino y, según el GPS, 7 horas de viaje y casi acierta ya que fueron unas 6 horas sin contar las paradas, son carreteras muy malas y difíciles que bordean las montañas y se retuercen dibujando el paisaje. Me duele el cuello de mirar a todos lados, todo lo que veo me gusta, en un tramo de 150 km el paisaje cambia cada rato, además el tiempo me ha regalado un día estupendo, sin nubes y mucho sol, para disfrutar de la maravillosa paleta de colores que encontraba a en cada metro recorrido, es imposible hacer fotos de todo: primero que no entra la grandiosidad del paisaje en una foto y luego que solo se puede disfrutar estando allí, parando la moto, colgando el casco y escuchar el viento que a ratos se calla y da paso al silencio total, mientras los ojos degustan el paisaje.
Hay muchas zonas perdidas en la ruta, si hubiera traído mi tienda de campaña hago este mismo tramo pero a ritmo de 50 km al día nada más, es genial. Paré a tomar una chocolatina y estirar las piernas en lo alto de una montaña donde no había ni cobertura telefónica pese a ser una cima.
En una de mis paradas, un par de chavales que iban en una de las muy populares motos que se ven en todo Marruecos, me pitan desde la carretera y, sin quererlo, mientas me miraban, el conductor se metió en una zanja de arena y piedras pero consiguió frenar la moto a tiempo, buff ya los veía en el suelo y aquí la gente va sin casco por norma general, pero no pasó nada y pudieron proseguir su marcha después de inspeccionar la moto. Si se hubieran dado un leñazo me sentiría culpable, pobrecillos. Pese a que pensaba que llegaría a Tata de noche resulta que a las 18:30 ya estaba en mi destino, el alojamiento que Hossin y yo habíamos visto desde Tiznit no está donde se supone pero Tata es un pueblo muy pequeño y lo encuentro fácilmente. Es un camping pero tiene parte de Hotel y parte de camping, es del poco alojamiento que puedes encontrar por aquí, se nota que este pueblo es de paso, pero hay mucho que ver en los alrededores, solo que los turista metidos en las latas de cuatro ruedas no llegan a apreciarlo y solo se centran en rodar hasta su próxima ciudad imperial para dormir o contratar una excursión preparada. El sitio no está mal, la habitación es limpia y hace bastante calor, Yasmina duerme en la recepción del recinto, yo podía probar en una taima pero hoy me apetece tener mi propia ducha y mi cama confortable. Hablando de la ducha, resulta que en mitad del aclarado el agua fría deja de funcionar, suele ser la caliente la que falla y no es problema ducharse con fría pues hace bastante calor y es un momento, pero nunca me había pasado que se estropeara la fría y solo con agua caliente es imposible ducharse, con lo que me pongo el bañador y bajo a la recepción medio enjabonado a ver qué me dicen. Empiezan a correr de aquí para allí y nada que mi agua fría no va, en fin, que después de 10 min. esperando, ya casi seco, le pido si puedo terminar en otra habitación y acceden, solo quería quitarme el jabón, ¡vaya tela! Yo que pillo una habitación por el baño privado y resulta que falla.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Comparte este viajeRelatos dePoblaciones relevantes
Todos
|