Marcho corriendo para M´Hamid deseoso de dejar la mierda de camping en el que me he hospedado dos días y también son miles de moscas.
Por el camino no veo que el tiempo mejore pero sigo adelante, al menos ya no llueve y no tengo que llevar el traje de aguas. La carretera se vuelve estrecha comida por el desierto y el no darle mantenimiento pero llego a mi destino, hace sol pero con muchas nubes y además grises, pero el chico que me atiende mientras llega Ismael me dice que el seguida se van que es normal en M´Hamid que el tiempo cambie rápido. Ismael es un mercader, se le nota, vive bien y como quiere, tiene montado un buen negocio para turistas deseosos de aventuras, posee varios vivaques a ciertas distancias, el más cercano a 4 km de M´Hamid dentro del desierto, el segundo a 10 km en otra parte del desierto y el tercero a 70 km en la misma Erg Chegaga, las dunas más grades de Marruecos y también una zona muy retirada de cualquier atisbo de civilización. Por teléfono acordamos que iría a la oficina en M´Hamid y el me explicaría el trazado y la mejor pista con la localización GPS del vivaque, pero al llegar allí la cosa cambia, empieza a decirme que iré detrás de un guía que es peligroso y que hay dunas y es el desierto y blablablá, pero le digo que claro eso ya es a parte del alojamiento, y el me dice que me hace precio, 2300 DH por pasar 2 noches en el desierto con guía, "buff que burrada", le digo, paso de soltar esa pasta, yo creía que había una pista y podía ir solo, y él me dice que si puedo ir solo pero es peligroso porque me puedo perder, le insisto con la localización GPS pero nada, o con guía o con guía, y le digo que me haga precio que no tengo trabajo ni mucho dinero, accede a rebajármelo a 1600 DH ya que voy con mi propia comida y agua, en fin ya que estamos le digo que sí y le pago, Ismael cuenta el dinero dos veces y se lo guarda en el bolsillo sin mirarme para, a continuación, salir de la oficina a hablar en árabe con uno de la calle. Después de su charla en árabe me dice que deje el equipaje que va en el vehículo del guía y yo le sigo pero me insisten en ir a repostar ya que me voy a meter en el desierto, ok, ¿Dónde está la gasolinera más cercana? A 30 km en un pueblo. Voy rapidito aprovechando que no llevo equipaje y aun así voy a tardar casi una hora pero hago el repostaje y me vuelvo a M´Hamid nuevamente pero justo, a falta de 2 kilómetros, una tormenta de arena me pilla de lleno con algunas gotas de agua.
Cuando llego a la oficina le digo al guía que no quiero ir que mira como está el tiempo y que no quiero meterme en el desierto con tormenta, pero me dice que la tormenta va al otro lado que él es nómada y lo sabe, pero le digo que me pase a Ismael por teléfono que no quiero ir, pero al hablar con Ismael me dice que el ya no está en M´Hamid que está en el Vivaque, coño! ¿Ya ha llegado en menos de una hora? En fin, cosas que tenemos los seres humanos, ya había pagado y no quería perder el dinero, con lo que accedí a ir a la aventura a pesar de ser las 16:30 de la tarde y haber pasado por una tormenta de arena ya (recordar que en estas fechas el sol se pone a las 18:30h y a las 19:30h es completamente de noche).
El guía va recogiendo gente por el pueblo hasta que en el 4x4 van 6 personas. Empezamos por las dunas pequeñas, tanto Ismael como el guía me aseguran que solo es el primer tramo unos 5 km, que luego la pista es dura y se circula bien, ok perfecto. Empiezo a sortear la arena de duna como puedo ya que mis neumáticos no son para arena suelta porque tiene dibujo agresivo y se atascan. Al cabo de 10 km les digo que cuando termina la arena que estoy cansado de la arena, y me dice que detrás de la siguiente duna ya no hay arena, ya es duro, le sigo pero con tan mala suerte me que caigo en una de esas dunas y se me dobla el manillar con solo 15 km recorridos, que desastre, y que mal por BMW, el manillar que vende para mi moyo es una auténtica mierda y lo peor es que no se le puede poner otro de otra marca porque cambia demasiado la geometría y la estabilidad de la moto. Les digo que así no continuo que nos damos la vuelta a la oficina y que yo me quedo en M´Hamid pero ya dejan de hablar español y solo hablan en modo indio con palabras sueltas entre su árabe y me dicen que mejor ir a Er Chegaga que allí me solucionan el problemas, ¿pero cómo me van a solucionar el problema en mitad del desierto? Me aseguran que llevan herramientas en el 4x4, pues nada, a seguir duneando con el manillar hecho un churro.
El camino cada vez se pone peor, las dunas ya quedaron atrás pero ahora empieza el terreno pedregoso, muchas piedras, demasiadas, y ni rastro de algo parecido a una pista, vamos literalmente campo a través, pasamos por un tipo de arena dura hasta que pasa un vehículo y se hace blanda con lo que yo me poro paralelo al 4x4 para ir haciendo mi propio camino. Este terreno tan chulo dura poco, pasamos a las piedras de nuevo, y más piedras y los kilómetros avanzan y yo no puedo más, apenas llevo treinta y algo kilómetros y estoy reventado, sudado y lleno de arena, me empiezo a agobiar porque además el día se ha oscurecido tanto que es casi de noche.
Después de casi 45 km, cuando ya había pasado por millones de piedras y arena, con el manillar doblado, cuando ya no podía ser peor, me equivoqué: Delante mía veo una tormenta de arena pero como las de las películas de alto presupuesto para efectos digitales… ¡Dios, ayúdame porque hoy está siendo un día muy difícil! El 4x4 se para y me dice que rápido me meta en el vehículo, vamos a pasar la tormenta dentro del 4x4 y mi Yasmina a la intemperie. No sé cómo describir una tormenta de arena y lluvia y que no parezca simplemente mal tiempo, es casi como la ira de Dios, ves la arena arremolinarse por todos lados, el cielo ya no se ve, apenas hay luz y si puede refugiarte en tu vehículo lo tienes que dejar mirando a la tormenta porque si lo dejas de lado es posible que el viento lo vuelque. Mi Yasmina se bamboleaba pero yo le había dejado la pata de cabra y una marcha engranada para que el viento lo se la llevara, pero desde la ventanilla del 4x4 estaba viendo cómo iba envejeciendo, es como la película de “La máquina del tiempo” cuando accionaba la máquina y las flores se marchitaban, los muebles se deshacían… era terrible y no podía hacer nada, escribiendo este texto recordando lo sucedida se me humedecen los ojos y se me acelera el corazón, fue un momento de impotencia, de angustia, de “¿pero qué cojones he hecho?”. Yo le preguntaba a los chicos que cuánto dura la tormenta y me dicen que entre 5 o 10 min se pasa, pero ya llevábamos más de 20 y no cesaba, y como hacía calor y el 4x4 no tiene aire acondicionado, las ventanillas estaban un poco bajadas y dentro nos empezamos a llenar de tierra también. Ellos son me decían “Amigo ¿bien?” y yo les replicaba, “No, no bien” quiero hablar con Ismael, pásame el teléfono, que por cierto es increíble que haya cobertura aquí. Hable con Ismael y me dijo que el que iba a saber que había una tormenta, que los otros turistas del vivaque también la están sufriendo… ya pero ellos ya están allí y a mí me faltan 30 km, “Pues amigo, así es la aventura”, vaya mierda de nómadas con los que me he topado, yo que no tengo conocimientos específicos de meteorología y ya veía que la tormenta iba a ser gorda pero bueno, siempre digo “Ya estoy aquí ya lo hago” pero esta vez me arrepiento de seguir mis palabras.
Cuando la tormenta aminora pero no termina, me dice que vamos que seguirnos, “¿Pero si aún está soplando el viento y está lloviendo?” Nada hay que seguir que se hace de noche. Me quito la chaqueta de la moto y el casco que están llenos de arena, me pongo el traje de aguas y el guía me hace un turbante con uno de sus pañuelos nómadas y con las gafas sigo adelante ya estoy en este fregado ya que más puede pasar…
Cuando ya estoy vestido con ese atuendo semi nómada aventurero que parecía Martin McFly cuando vaciaban el plutonio del camión en “Regreso al futuro I” intento arrancar la moto y no arranca, tenía obstruido el tubo de escape con la arena… maldición, ahora si es el fin, pero después de varios intentos arranca y escupe todo lo que había dentro y podemos seguir por las piedras con media tormenta y casi sin ver nada. El chico le mete caña a su 4x4 y no puedo seguirle, lo paso bastante mal porque no llevo nada conmigo y apenas le veo sortear el paisaje y en una duna la moto se cala y ya no arranca. Es una situación rara, no arranca pero no hace el amago de arrancar, simplemente presiono el botón del encendido y no hace nada. Después de usar el viejo truco informático de encender y apagar, en uno de los intentos arranca y continúo el trayecto. Ya es casi de noche, el chico va tan rápido que apenas le veo en el horizonte y no lleva las luces puestas me da miedo que me pierda entre este mal tiempo y la oscuridad, asique me detengo y espero a que vuelva para decirle que vaya más despacio. Unas cuantas dunas más y llego al vivaque, la moto se para definitivamente allí y yo estoy empapado, cansado y nervioso. Allí encuentro un grupo de franceses, todos mayores, que me saludan y aunque no hablen mi idioma se agradece la compañía de otra gente que no sean estos falsos nómadas que no han parado de mentirme desde que empezó el día. En cuento suelto el equipaje le pregunto al guía que donde está Ismael, pero me dicen que está en M´Hamid, no me lo puedo creer, me dice que vaya al vivaque a verle y ahora no está aquí, ya no estoy nervioso, estoy desesperado. Me ducho un poco, solo el cuerpo porque el agua es salada y no hay presión solo sale por caída y me voy al salón donde están los franceses pasándoselo en grande con mucha bebida alcohólica y productos para picar como frutos secos o aceitunas. Les saludo por cortesía y me asaltan a preguntas y yo no hablo francés pero resulta que uno habla inglés, otra algo de español y otro algo de inglés también. Me uno a la fiesta, no entiendo nada la mitad de las veces pero verles reír a carcajada limpia me hace sentirme mejor y también me rio aunque no sé de qué pero me gusta, me ayuda a pasar este mal trago, y hablando de tragos, me invitan a tomar lo que yo quiera y uno de ellos me ofrece ron con cocacola, pues acepto; es la primera vez en 10 años que bebo una bebida alcohólica que no sea alguna cerveza con limón en verano y me sabe a gloria. La noche ya es profunda y yo estoy allí con esas franceses riéndome de cosas que no termino de comprender pero me gusta la situación, llevo dos cubatas y estoy en ayunas con lo que me empiezo a sentir relajado pero, de repente, entra el guía, que ahora hace de mesero y les dice a los franceses que la cena está lista y a mí me mira raro y me dice que si quiero comer en una mesa apartada, pero yo le digo que quiero comer con los franceses, pero él les pregunta y todos encantados de tenerme con ellos. Comemos Tajín de pollo, está rico y además como bastante, tenía mucha hambre y después de una ceña entrañable en otro idioma nos vamos a dormir, pero en mi caso solo es un decir, no pude pegar ojo en toda la noche, mi moto no arranca, el manillar está doblado y los franceses se van al día siguiente junto con los guías y cocineros que prepararon la comida de los franceses… y estoy en mitad del desierto de Erg Chegaga. Antes de irnos a dormir los franceses hicieron fuerza para ver qué pasaba con Ismael, que si va a traer un vehículo para montar la moto y llevarme de vuelta a M´Hamid y el guía llamad de nuevo hasta que al fin responde el jefe. Dos franceses junto a mí están durante la conversación con Ismael. Nada mas arrancar la conversación le cuento que si va a venir a buscarme y me dice que mañana el conduce mi moto de vuelta a M´Hamid y yo voy en un 4x4, “¡Que la moto no arranca!” Le replico, necesito un coche que me lleve de vuelta y me dice que no hay coche mañana, que me quede un día más y un coche va a recogerme, pero yo no me puedo quedar allí solo y le insisto, para que al final me diga que vale que si va un coche pero que son 50€, “OK, no hay problema pero dame tu palabra de que mañana a la hora del desayuno hay un vehículo aquí”, si, si, me dice, buff no me creo nada este tío solo va por la pasta y como yo no he sacado la billetera como mis amigos franceses el trato hacia mí está siendo un asco.
12 de Octubre de 2014
Son las 08:00 de la mañana y los franceses ya están movilizándose desde hace una hora y yo viéndoles y hablando con ellos ya que no he dormido nada. Desayunamos juntos y cuando casi estaba terminado me viene a buscar el guía que me trajo aquí para decirme que un 4x4 ha venido a por mi moto, no me lo puedo creer, Ismael ha cumplido, pero buen cuando hay dinero de por medio las cosas son de otra forma. Recojo todas mis pertenecías y las dejo cerca de la camioneta junto con mi moto. La camioneta que ha venido es una Toyota que puede tener 30 años pero se la ve resistente aunque muy vieja también. El conductor es un hombre mayor que solo habla árabe pero no importa porque otro guía vendrá con nosotros. Subir la moto a la furgoneta no fue muy difícil ya que los franceses ayudaron y éramos 8 personas con la moto en volandas. El hombre mayor solo aportó una cincha que era con la que tenía atados unos bidones de gas vacíos, menos mal que yo tengo 4 y las usé todas para sujetar la moto bien firme a la camioneta, pero para las maletas no tenía más con lo que las dejamos aprisionadas en una parte de la camioneta. El viaje de vuelta por el desierto en esa lata con 4 ruedas no se me hizo muy largo, solo 2 horas botando descontroladamente sin cinturones de seguridad y recogiendo y dejando multitud de gente que subía a la parte trasera con mí moto. Como era muy temprano apenas pude hacer 4 fotos de las dunas en el amanecer y eso es todo el recuerdo fotográfico que me llevo de Erg Chegaga, una pena pero la situación es muy complicada para mi y las cosas han salido así. Al llegar al camping de Ismael, se suponía que estaba en M´Hamid, pero era un campamento en el desierto a 4 km de M´Hamid. Le dije que yo quería que me llevaran a un hotel pero el insistió que no pasaba nada que el camino es bueno hasta M´Hamid y que el iría a la mañana siguiente conmigo hasta M´Hamid y que sin problema para ir con mis maletas, bueno “ya que estoy”… Al descargar las maletas una se metió debajo de la moto de tanto bote y ha quedado bastante deteriorada pero se puede seguir usando, que lastima, una vez más he comprobado como los marroquís tienen prisa para lo que quieren, si me hubieran dejado algo más de tiempo quizá podría haberlas protegido con la toalla que llevo o con otra prenda, pero no, tenía que apresurarme a montar en la camioneta porque lo mismo salía sin mí. La moto la bajamos entre 6 personas que andaban por allí, eran obreros que estaban haciendo un nuevo pozo para el campamento. Llevé la moto hasta la puerta de mi Taima para arreglarla en cuento me cambiara de ropa. Ismael salió a recibirme y darme un abrazo, le respondí con una sonrisa y el abrazo pero en ese momento era la persona que peor me caía en 80 km a la redonda. Ya estoy en el campamento y vuelvo a tener algo de cobertura para mandar unos wasaps y llamar a mi amigo Hossin. A todos les comento mi situación ya que prefiero que mucha gente sepa de mi situación. Por wasap, los primeros a los que escribí a mis padres, después a Angel Gabriel y Domingo Matos, los responsables de la ONG a la que orgullosamente represento en mi viaje. Pr teléfono a Hossin.
¿qué hace un informático queriendo ser mecánico? Yo no tengo ni idea de mecánica pero tengo que improvisar, con lo que desmonto todos los plásticos protectores del cuerpo del motor, y me pongo a limpiar la arena que había por prácticamente todas las entrañas de la moto. Desmonto la batería, el filtro del aire y alguna pieza más y lo limpio todo a conciencia. Acciono el estárter y hace un amago de arrancar pero no lo consigue, giro el contacto para apagarla por completo y lo intento de nuevo… esta vez sí, ya arranca, que alegría al oír su motor ronroneando de nuevo pero tengo que asegurarme de que la reparación es duradera y no algo temporal, apago la moto y la arranco varias veces y en todas arranca a la primera… lo he conseguido, no soy mecánico pero si sé que la tormenta de arena le hizo mucho daño y que la arena es el problema. Ya que estoy relleno el líquido refrigerante que va seco, engraso la cadena, que ahora mismo es de color arena y pongo algo de 3 en 1 en el bombín y la cerradura del trasportín.
Ya solo me queda el manillar, pero son las 14:00 de la tarde y el tiempo se está revolviendo, otra tormenta de arena pero mucho más suave que la que viví en mitad del desierto, más que tormenta en realidad es el mal tiempo del desierto que remueve toda la arena, con lo que decido meter la moto en una taima que no tenía mobiliario interior para ponerla a salvo del ambiente arenos y seguir con la operación del manillar, pero según termino de colocarla dentro de la taima se me acerca uno de los obreros y me dice “Amigo, comer nosotros” y hace el gesto de comer, le respondo que vale que les aproveche, pero me dice de nuevo “Tu amigo nosotros comer”, ahhh que me invitan a comer, que gente más maja estos obreros, ya que solo estaban ellos y yo a, por lo menos, 4 km a la redonda. El plato era tajín de cordero y lo comimos a lo marroquí, con las manos, pero el buen hombre me pone un plato, que se parece a los platos de arcilla donde pone mi madre las plantas, y cubiertos. El plato esta sucísimo pero hay hambre y el Tajín tiene una pinta estupenda. Reparten el pan con las manos después de solo haberlas pasado bajo el agua y secarse a la camiseta, cortan la carne del cordero igualmente con las manos, pero todo esto me estaba pareciendo tan normal que no me importó lo más mínimo, esta gente estaba compartiendo su comida conmigo, eso era ya lo mejor que me había pasado en este día. Me puse ciego de tajín, que rico estaba todo pero había que terminar la faena con lo que cada uno a su trabajo. Me vuelvo a la taima donde estaba la moto para ponerme manos a la obra. Una vez desmontado veo que la doblez es muy grave, más que cuando tuve el accidente en Madrid, hasta la pintura se ha agrietado, me da miedo enderezarlo y que parta, es de hierro pero también con aleación barata de calamita con lo que decido ponerlo de nuevo y encontrar una postura algo más cómoda para conducir la moto en su estado. Al final opto por dejarlo muy bajo, tanto que por la parte doblada no puedo hacer un giro a la izquierda para cambiar de sentido porque el manillar choca con el cuerpo de la moto, pero en conducción normal no tendré problemas, solo una postura incómoda que me dejará el brazo izquierdo muy dolorido. Ya terminado todo lo que tenía que hacer, porque la moto estaba lista para rodar, anduve rondando por el campamento intentando pillar algo de señal con mi modem USB para ver si navego un rato por internet, pero solo funcionó 5 min y muy mal, de paso les digo a todos que estoy bien que ya arreglé la moto y que me voy a Tiznit a terminar de arreglarla, la idea es ir con mi amigo Hossin a Casablanca a pedir un repuesto en un coche alquilado para volver a España o continuar el viaje, son 650 km con varios tramos peliagudos, según el GPS me llevará 13h llegar, pero todo sea por mi viaje. Ya era bastante tarde y llegaron los franceses, resulta que a uno de ellos se le rompió el disco del embrague en mitad del desierto pero un vehículo de asistencia le socorrió y lo acercaron a un taller de confianza de Ismael. Mientras yo me acerqué a ver a los otros dos y charlar un poco. Por la noche, Ismael, tiene preparado para los franceses una “orquesta” que se compone de un tío con guitarra y uno de los guías ton el tam tam, mientras picábamos algo que los franceses tenían en sus neveras. La verdad es que la música bereber es muy aburrida, parece que todo el rato es lo mismo, como cuando oigo la música oriental, pero en eso que los franceses le dicen algo a los músicos y a Ismael y el guitarrista le pasa la guitarra al chico que habla inglés conmigo y se tocó 5 temas franceses bastante más interesante que los bereberes a pesar de que apenas entendía algo en francés pero lo pasamos muy bien hasta que toca cenar: Cuscus. Nos ponemos todos hasta arriba, nos despedimos y a la cama. Esta vez sí que conseguí dormir algo.
13 de Octubre de 2014
Aunque yo tenía el despertador para las 08:00 de la mañana, me desperté antes de las 07:00 por el ruido de los franceses, salgo a ver cómo van y ya tenían todo montado en sus vehículos, esta gente sí que madruga, me doy prisa en preparar mi equipaje y asearme un poco y cuando ya estoy listo aunque no vestido con la ropa de moto, me acerco al salón y ellos ya habían terminado el desayuno, ya estaban para salir y yo no quería quedarme allí solo, es verdad que solo está a 4 km de M´Hamid pero no dejan de ser 4 km de dunas y sin pista, por mucho que se empeñe Ismael de decirme lo contrario. Les digo a los franceses que me esperen 5 min por favor, que quiero llegar a M´Hamid con ellos y acceden sin problemas y de paso se despiden de mi con besos y abrazos, Dios que gente tan maja. Cuando salgo del campamento con mi moto cargada todo están en sus 4x4 y resulta que Ismael también está en el suyo, a pesar de que me dijo que saldría del campamento conmigo, pero bueno ya me voy con esta gente, ya me da igual, con lo que me coloco entre los dos 4x4 (el otro está en el taller y lo recogen de camino) y me pongo a sortear dunas pequeñas y mucha arena suelta con mi moto y mi cargamento, pero la alegría de salir de allí me da fuerzas a pesar de no haber podido desayunar. Fueron 5,6 km de desierto pero ya pisamos asfalto de nuevo y me paro para acomodarme mejor ya que me vestí con prisa para salir rápido. Los franceses de despiden con la mano y yo igual, me da pena no volver a verles más porque me ayudaron emotivamente en un momento muy duro para mí, el peor momento que he vivido en mi viaje, pero así son los viajeros. En mi parada se me acercan niños a pedir dinero pero me acomodo y salgo pitando de M´Hamid, a los pocos kilómetros estaban en el taller, toco el claxon y saludo con la mano, “pour toujours amis” (hasta siempre amigos) pongo rumbo directo a Zagora donde repostaré en una gasofa del centro y luego a Tiznit. En Zagora es imposible detenerme a nada sin que me asalten los mecánicos ambulantes, cuando me paré para recalcular el GPs hacia la gasolinera más cercana, un tio me chapurraba en español mil cosas pero arranqué la moto y me despedí con la mano. En la gasolinera, se me acercó un tío para que me pasara por la tienda cuando terminara de repostar, pero no tenía tiempo y mucho menos ganas, cuando termino y le pago muevo la moto hasta una sombra para apuntar los datos del repostaje y el tío detrás de mí, no me deja en paz, ya los apunto luego. Me paro en mitad de la carretera principal y otro mecánico para su moto a mi lado, le digo que no quiero nada, arranco y me voy, ya me acomodaré y apuntaré lo que sea fuera del pueblo, en mitad de la carretera. Ya a 10 km de Zagora, paro la moto en mitad de la nada a prepararme para el largo viaje y apuntar lo de la gasolina cuando un 4x4 lleno de pegatinas y preparado para el desierto que viene en sentido contrario aminora su parcha, yo creo que es un turista que me va a preguntar si estoy bien, pero resulta que es el mecánico del taller donde me arreglaron la rueda días atrás, me pregunta que tal estoy y otras coas y nos despedimos con un apretón de manos. Pasa salir de Zagora tengo que atravesar la carretera en terrible estado que pille para venir, pero no pasa nada, es muy temprano y tengo todo un día de carretera por delante. Después de esta zona la carretera continúa por unas montañas y asciendo hasta cotas tan altas que el frio ya se me mete en el cuerpo y eso que llevo algo de ropa debajo para el frio pero mi chaqueta es pura de verano. Cuando me paro en una gasolinera en uno de los pocos pueblos con gasolinera de la zona, se me ocurre otra cosa, otro plan, voy a continuar así, me defiendo con el manillar doblado, es muy cansado para mi espalda y el brazo izquierdo pero me quedan menos de 3000 kilómetros de viaje hasta Madrid y si voy a Tiznit voy a perder otra semana y cada vez hace más frio, llueve con más frecuencia y el sol se oculta antes, lo he decidido, llamo a mi amigo Hossin y le digo lo que voy a hacer, lo siento mucho porque me apetecía verle una vez más pero también me apetece ir finalizando el viaje y estoy en la otra punta del país respecto a Tiznit. Marco en el GPS ruta a Uarzarzate, allí hable en ingés hace una semana con un recepcionista de un hotel que me dijo todo lo que necesitaba, buen precio, y mi moto a salvo. El paisaje es muy chulo, predomina el rojo y hace mucho frio. Llego a Uarzarzate, el Hollywood de Marruecos, todos los monumentos de las rotondas son de algo que tenga que ver con cine. Mi hotel está donde marqué con el GPS y el recepcionista, que no es con quién hable por teléfono me enseña mi habitación y el garaje donde va a dormir Yasmina esta noche. Es la primera vez desde que salí de Tiznit que no me mienten, que lo que acordamos es lo que realmente es y hoy si estoy relajado y a gusto, tanto que me voy a quedar unos días aquí aprovechando las virtudes de este hotel.
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