Hemos recorrido un total de 10890 km de los cuales 9520 km han sido por Marruecos, hemos estado 51 días de viaje de los cuales 49 han sido por tierras marroquíes, hemos circulado por todo tipo de carreteras rotas, pistas e incluso atravesado un desierto, hemos visto y conocido todo tipo de gente, edificaciones y lugares, en un mismo día hemos pasado de salir con un calor estupendo a mitad de camino hacer un frío invernal para terminar con calor de nuevo y solo en 200 km de malas carreteras, hemos aguantado una tormenta de arena en mitad del desierto y dos en carretera, yo he dormido con la ropa puesta y con la manta en un albergue en la montaña del frio que hacía y también desnudo en otro del calor que tenía, he conocido mucha personas, he hecho varios amigos y ahora tengo un hermano en marruecos, mi Yasmina ha sido el centro de atención casi todo el viaje y ha atraído las miradas de cualquiera que la tenía al alcance de la vista, también han pasado cosas malas como la mala organización para cruzar el desierto, policías corruptos, gente pidiéndome dinero o lo que sea, he tenido varias averías como la rotura de las dos manetas (embrague y freno), después de la tormenta de arena tuve que desmontar gran parte de la moto para sacar la arena, el manillar doblado y aun así recorrí más de 3000 km, un pinchazo en la rueda trasera, una maleta destrozada, mucha pintura que se ha quedado en el suelo de varias partes de la moto e incluso hoy se fundió la luz trasera y circulé casi una hora a oscuras, hemos vivido todo tipo de climas atmosféricos, he dormido en todo tipo de alojamientos, desde un confortable hotel en Meknes hasta un bungalow de lo más cutre sin luz ni agua en Dakla pasando por un albergue estupendo y barato en Imilchil, he convivido con hormigas, moscas, cucarachas y otros tipos de insectos, he comido gran variedad de platos caseros típicos de Marruecos, como los tajines o el cuscús, y probado productos artesanales en aldeas remotas, también he comido desde en platos limpios de la forma más europea a cuencos sucios que estaban por allí, me he duchado con agua fría en zonas frías e incluso una vez me quedé sin agua cuando estaba enjabonado, he lavado mi ropa de muchas variopintas formas incluso en un rio, he comprado comida en muy diferentes lugares, desde en supermercados modernos como Carrefour hasta en casas de adobe donde te atendían en la puerta y te sacaban de dentro lo que pedías, pasando por todo tipo de badulaques donde lo mismo te ponen el pan que vas a comprar encima de una bombona de butano como una correa de distribución…
Muchas cosas en estos días y mucho kilómetros que ya cuando estaba en Tanger a punto de embarcar en el ferri me hacían sentir triste por dejarlas atrás, por volver a casa, pero también necesitaba volver y soy afortunado por tener donde, además mi ropa ya no valía para las zonas frías, con el manillar doblado el cuerpo se agota demasiado, tanto que ahora mismo con la mano izquierda apenas tengo fuerza para agarrar un vaso con agua… He disfrutado mucho con este viaje y pienso volver a Marruecos, no para estar tantos días pero si para ver lo que yo ya conozco y lo que me he dejado. Quiero agradecer a todos los que habéis estado ahí leyendo mis locuras y animándome a escribir más y más, pero en especial quiero darle las gracias a esas personas que me han ayudado a lo largo de mi viaje como Domingo cuando me trajo el repuesto y a su cuñado por llevárselo de Gran canaria a Lanzarote, a Ángel que cada poco que wasapeaba a mi teléfono marroquí para ver como estoy, a Nayim por conseguir que me cambiaran de habitación en Agadir, a Hossin por hacer tantas y tantas veces de traductor vía telefónica, a Lahocine por hacerme sentir que tengo un segundo hogar en Marruecos, en concreto Tiznit, al grupo de franceses, especialmente Patrick, por ayudarme con el mal trago del desierto de Erg Chegaga, a Marcos por echarme un cable con la mecánica de la moto a distancia, a los marbellíes Sebas, Ana y María que me acogieron en su casa a mi regreso a España y, por supuesto, a Santos y Áurea, mis padres; también a esos anónimos que me han dado indicaciones con mímica, esa gente que se paraba a mi lado a preguntarme si todo está bien solo porque me ven parado o la chica que trabajaba en la BMW que consiguió que los de repuestos me devolvieran la documentación de la moto, gracias, gracias y gracias a todos y todas, ha sido un placer compartir mi aventura y quedarme con un poquito de cada persona para mi.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Comparte este viajeRelatos dePoblaciones relevantes
Todos
|